Mi opinión sobre la unidad

Probablemente desataré muchas controversias entre aquellos quienes se tomen la molestia de leer estas líneas que contienen mi humilde opinión respecto a la “Unidad” opositora, frente a las elecciones parlamentarias del ¿Próximo año?

Existen dos tendencias: la que propone elecciones primarias y aquella que propone candidatos productos del consenso. Una tercera tendencia, sin embargo, ha acuñado una frase rimbombante: “Tanto consenso como sea posible. Tantas primarias como sea necesario”, en fin de cuentas, estamos en el país de las frases y los “slogans” publicitarios. ¿Quién no recuerda las famosas “Atrévete que vamos a cobrar” y “Estamos blindados”?


Algunos - políticos en su mayoría - abogan por el consenso, argumentando cantidad de dificultades que las primarias implicarían, como el elevado costo monetario de las mismas, entre otros. De tal manera que defienden con vehemencia el consenso, siempre y cuando éste se haga alrededor de su propia figura. Algún otro concibe la unidad fundando nueva micro tolda política aparte y así sucesivamente vemos multiplicidad de posiciones y opiniones que se alejan, cada vez más, de la refrita palabra.

Mientras tanto, la realidad que vivimos en el país es muy distinta. Tenemos y sufrimos una invasión extranjera, hostil y criminal, comunista y destructora, liderada y comandada por el propio presidente de la marea roja. Cada día secuestran y asesinan sin piedad a venezolanos y residentes, niños, mujeres, hombres, ricos, pobres, negros, blancos, mestizos e indios, independientemente del color de su franela. Cada día nos roban nuestras casas, negocios, pertenencias y propiedades, nos roban la esperanza de ser un mejor país, también nos roban los dineros públicos para sostener y respaldar más delincuencia nacional e internacional, trafican con drogas y dólares mientras nos lanzan unos centavos para viajar o comprar con divisas, no sin antes hacernos arrastrar suplicando esas limosnas.

Aquí nadie nos convoca a la única y verdadera unidad que nos hace falta. Nadie quiere (o se atreve) a ver y aceptar que nos están quitando la dignidad, nos están quitando la libertad, la democracia - lo que de ella queda-, el derecho a vivir en paz o por lo menos a vivir, a secas.

Creo que el verdadero llamado es a escuchar, atender y acudir al llamado, que como un grito desgarrador, nos hace Venezuela, la Patria, la madre de todos nosotros, por herencia o por adopción, a que la salvemos de su ya próxima destrucción. Esta es la verdadera unidad que nos debe convocar. Necesario es detener a los invasores, comenzando por su jefe. De otro modo reviviremos el triste pasado de perder unas elecciones, cantadas como perdidas, diseñadas y montadas por los invasores, para jamás perder y respaldadas por el resto de las “Instituciones” delincuentes.

Luego de las elecciones, que sólo servirán para relegitimar a esas instituciones y al hegemón, será muy tarde para las lamentaciones. ¿Seguiremos haciendo el juego?