La enfermedad y muerte del expresidente de la República Bolivariana de Venezuela, reelecto y jamás juramentado, fueron mantenidas y se mantienen rodeadas del más profundo misterio. Aún, una vez revelada a la nación la noticia de su fallecimiento, se sigue manteniendo esa sombra de misterio al punto que está expresamente prohibido divulgar, por cualquier medio, la fotografía de sus restos mortales.
Y no se trata de otra cosa que evitar que sus seguidores se percaten de que el personaje era un ser humano normal, vulnerable, mortal y cargado de miserias, como lo somos todos los seres humanos. El propio difunto se encargó de hacerse una imagen falsa como reencarnación del Libertador Simón Bolívar, repitiendo de memoria aquellas frases del Libertador que servían a sus intereses y conveniencias pero olvidando otras que para nada le eran favorables y, en ocasiones, quiso equipararse al mismísimo Jesús de Nazaret.
Sus herederos políticos en general y, en particular, el nombrado "Susesor", conscientes de su propia incapacidad e insuficiencia tanto intelectual como funcional, harán hasta lo imposible para que los restos mortales del líder de la farsa revolucionaria, sean guardados en el Panteón Nacional o en algún otro sitio emblemático, porque es necesario construir la "religión revolucionaria", una figura mágica, un dios - nótense las minúsculas intencionales - para adorar, un ser inalcanzable y etéreo, una imagen religiosa de la cual sustentarse y poder venderse como su representante en la tierra, casi como un pontífice. En fin, una nueva farsa como siempre ha sido la llamada revolución bolivariana.
Estamos, pues, frente al intento de deificación de un charlatán y farsante, del hazmereir de los gobiernos y pueblos del mundo, que fingían tomarlo en serio para obtener prebendas y beneficios económicos de su "Generosa mano". Tendremos un "Che" criollo y lo veremos por mucho tiempo en afiches y franelas y muy probablemente el Panteón Nacional para que los incautos y engañados vayan a adorarle mientras les roban su voluntad, sus esperanzas, su futuro, su voto y la libertad de todos. En fin, un gran espectáculo "Made in Cuba"
Autor: Mensajero de la Verdad
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